INTRODUCCIÓN
Las TIC funcionaron al comienzo como herramientas que favorecían el desarrollo de
determinadas acciones, actualmente, determinan cómo se debe trabajar. Las
estrategias, los modos de actuar e incluso las políticas comerciales se crean
de acuerdo al pensamiento digital.
En este
contexto de avances continuos, no existen muchas opciones. Aquellas empresas y empleados
que no se adapten a las necesidades tecnológicas de sus clientes y mercados
serán condenadas al olvido. Por ello, es importante comprender el
funcionamiento de las TIC y su impacto real en los negocios, la
competitividad de las empresas y la productividad de los trabajadores.
Se ha
demostrado que, con un buen uso, las TIC permiten a las empresas producir
mayor cantidad de trabajo, de mejor calidad y en tiempos más cortos. Para los
trabajadores, esto se traduce en mayores cantidades de tiempo libre. Del mismo
modo, el uso de algunas de estas tecnologías repercute de forma directa en los
clientes y su relación con la empresa. Así, todos los implicados se ven
favorecidos con el uso de las TIC en una empresa, siempre y cuando esta las
emplee de manera óptima.
Sin
embargo, la tecnología trae consigo algunos aspectos
negativos que disminuyen la competitividad deseada por las empresas,
fundamentalmente dentro de las oficinas. Las distracciones y los olvidos son
frecuentes entre usuarios que dedican demasiado tiempo a navegar por internet,
lo que puede causar problemas si sucede en el ámbito laboral. Tanto es así, que
los expertos han definido esta actitud de utilizar de forma excesiva la
tecnología para usos personales en el ámbito laboral como
"cyberloafing".
El
equilibrio definitivo entre beneficios y contraindicaciones de las TIC deberá
ser gestionado tanto por las empresas como por los trabajadores, con políticas
firmes de un lado y compromiso desde el otro. La educación digital es
fundamental para alcanzar un uso responsable y positivo de las nuevas
tecnologías. Las empresas deben aprender a convivir con las TIC, a sacarles el
mayor provecho posible, y a educar a sus empleados y clientes en el modo
correcto de usarlas.
UNA
DESVENTAJA DE LAS TIC EN EL TRABAJO: CYBERLOAFING
Son las
actividades que hacemos desde nuestro puesto de trabajo, que nada tienen que
ver con nuestro trabajo y que pasan más o menos desapercibidas para quien nos observa.
Es
el camuflaje perfecto para los trabajadores del conocimiento, es
decir, todo aquel que pasa su jornada frente a una pantalla de ordenador.
Entre
estas actividades tenemos:
- Hacer compras online.
- Consultar nuestras cuentas de email personales.
- Consultar las redes sociales o nuestro lector de feeds.
- Navegar por la web: prensa, blogs, etc.
- Escribir contenidos para nuestro blog, participar en foros, subir fotos a Facebook, etc.
Las causas pueden
ser diversas. Una de ellas:
Lo
usamos como herramienta de procrastinación, es decir, hacemos esto
por no hacer otras cosas (posiblemente más importantes) pero que también nos
resultan más desagradables.
- ¿Qué
podemos hacer para evitar el cyberloafing?
Concientizarnos ir a la raíz del problema, al meollo: permitiendonos profundizar en las causas que
originan este comportamiento y poder atacarlas u otra opción podría ser tener
una ayuda externa (un coaching) en el cual el responsable del trabajador debe
ayudar a que el individuo resuelva sus problemas, pero no debe de tratar de
resolverlos el, ni debe usar la vía coercitiva o fracasara.
¿CÓMO
BENEFICIAN LAS TIC EN EL TRABAJO?
Las TIC también facilitan la
comunicación entre los trabajadores y agilizan gestiones y
tareas administrativas varias que se pueden automatizar o hacer por Internet
sin tener que desplazarse.
Aportan
nuevas formas de trabajo, como el teletrabajo, y suponen una reducción de
costes debido a la digitalización de todos los contenidos, archivos y acciones.
Además, son una herramienta ideal para la formación continua de los
trabajadores, que pueden compaginar su trabajo con cursos online.
Todo
ello favorece a un mejor ambiente de trabajo y una mayor productividad y,
por lo tanto, aporta beneficios en las empresas.
CONCLUSIÓN: